Juntos haciendo el camino

Doctor Lluís Castells: «Los trasplantes en España son un ejemplo de éxito de la sanidad pública».

El doctor Lluís Castells, uno de los más destacados expertos en trasplantes de órganos, explica la importancia decisiva de estas intervenciones, y el éxito de los programas de donación en España 

Darío Pescador: Siempre se habla de los trasplantes de los órganos insustituibles del trasplante de corazón y del trasplante de hígado. Pero para el corazón tenemos corazones artificiales ¿Por qué el hígado es tan insustituible y por qué nos hacen falta trasplantes de hígado de donantes?.

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Lluís Castells: Hacen falta porque hay la necesidad, porque hay un momento en que el órgano fallece y, si no se recambia, el enfermo se muere. La única excepción es el riñón, que tenemos las máquinas de diálisis, pero de todas maneras se siguen necesitando órganos para el trasplante. El el corazón artificial puede sustituirlo transitoriamente, pero al final si quieres una calidad de vida a largo plazo, seguimos necesitando de los órganos de otros humanos.

DP: España es uno de los países que está a la cabeza de los trasplantes de órganos.

LC: Es una gran suerte, porque nuestro país tiene la tasa de donación más alta, pero conlleva también algunas limitaciones o problemas. El objetivo principal es facilitar y aumentar la supervivencia de los pacientes y la calidad de vida de los pacientes. En una época en que siempre se ven noticias malas, se tiene que potenciar una noticia muy buena, y es que nuestro país es un ejemplo del buen trabajo multidisciplinar de mucha gente que ha trabajado en un bien común, que es el conseguir muchos órganos y salvar vidas.

El proceso de trasplante es una muestra del éxito del buen hacer de la sanidad pública para el beneficio del paciente, No, en este sentido. España es el país que tiene la tasa de donación más alta del mundo, 52,6 donaciones por millón. En cuanto a tecnología, en determinados países se utiliza mucho la donación de vivo y, en cambio, en nuestro país, ha bajado mucho gracias a que tenemos mucho donante cadavérico y de donación en asistolia.

DP: Aunque tenemos una situación de donación bastante buena, se está investigando en alternativas como los órganos creados a partir de células madre, como los organoides y la bioimpresión.

LC: Esto es un reto, pero está lejos todavía de ser una realidad. Viene de investigadores japoneses que han conseguido la infusión de células madre de organoides que insertados en animales enfermos pueden corregir algunas lesiones histológicas. Esto es una línea de investigación para el futuro. También se ha hecho mucha investigación en los scafolds [andamios], órganos descelularizados y que después se re infunden con células madre para conseguir la regeneración del órgano.

DP: El hígado, en concreto, es un órgano que tienen la capacidad de regenerarse en buena medida.

LC: Sí, cuando es sano. Es el ejemplo de donación en vivo a los niños, con el hígado del padre o la madre, que al cabo de unos meses se regeneraba. Pero no cuando es un hígado cirrótico. En los últimos años, ha aumentado no solo la donación en muerte encefálica, sino sobre todo la donación en sistolia. Son enfermos que están ingresados en las unidades de cuidados intensivos y que, desde el punto de vista médico, no tienen salida. De acuerdo con la familia y con con la voluntad del paciente se hace una limitación del esfuerzo terapéutico hasta que se confirma que ha fallecido. Entonces, de acuerdo con la legislación, se hace la extracción de los órganos.

Este proceso en los últimos años está generando una fuente de órganos muy importante, y esto es otro ejemplo de del buen hacer tanto desde los órganos institucionales, dando a conocer esta opción y de la generosidad de los pacientes y de los familiares de los pacientes para dar, en una situación desagradable, como es la muerte de un familiar, la opción a que otros pacientes puedan seguir viviendo.

También han aumentado las donaciones en en los pacientes que hacen eutanasia la aplicación de los programas de split, de bipartición. Esto quiere decir que de un hígado se puede partir una parte para el adulto y una parte pequeña para los trasplantes infantiles. Esto ha aumentado de forma muy significativa la capacidad de donación y, de hecho, en España, la mortalidad en lista del trasplante pediátrico es prácticamente cero.

DP: ¿Hay diferencia entre el hígado de una persona donante joven y el hígado de un donante mayor?

LC: Obviamente hay cierta diferencia. Nosotros hacemos una serie de evaluaciones tanto analíticas como ecográficas. De todas maneras, la edad de los donantes ha ido aumentando. En el último año el 30% de los donantes fueron más de 70 años. Esto quiere decir que estos hígados son igual de buenos que los jóvenes.

DP: Uno de los grandes desafíos de los trasplantes es el rechazo, estamos hablando de un órgano que viene de otra persona y el cuerpo del receptor lo identifica como un como algo extraño.

LC: El rechazo es un problema que nos encontramos siempre en todos los órganos. Hay órganos que tienen tasas de rechazo más altas que otros. Pero lo que hacemos hemos aprendido a lo largo de estos tiempos es a optimizar el manejo de la inmunosupresión con diferentes fármacos que nos permiten mantener la función del órgano, minimizando los efectos secundarios. El riesgo de rechazo existe, siempre, pero no siempre es igual. Suele ser más alto durante los primeros 6 meses tras el trasplante y va reduciéndose.

DP: Las personas que reciben un órgano trasplantado, ¿toman mayor conciencia de la importancia de su salud, se empiezan a cuidar más a partir del momento del trasplante?

LC: Habitualmente, sí, pero hay de todo. No hay un proceso de educación, de concienciación de lo que el paciente está haciendo. Muchas veces también se llega al trasplante o una enfermedad hepática crónica por malos hábitos que han tenido a lo largo del tiempo y esto obliga a un cambio. Muchas veces la gente es consciente de lo mal que están, y que lo que representa el trasplante es una segunda oportunidad, y suelen cambiar y hacen bien las cosas.
Sobre todo en pacientes que han sido o son fumadores o han hecho un consumo excesivo de alcohol, han de cambiar los hábitos para controlar las posibles complicaciones, como puede ser la hipertensión o la diabetes. Tienen que cambiar hábitos tanto alimentarios como de actividad física para evitar el sobrepeso, que a la larga nos pueden dar problemas cardiovasculares. De poco nos sirve que el paciente tenga un hígado que funciona y se muera al cabo de uno o dos años de un infarto.

DP: ¿Que nos hace falta saber al resto de las personas que quizás necesitemos un trasplante en algún momento, pero que también queremos tener la posibilidad de ser donantes?

LC: La ley ya dice que todo el mundo es potencial donante, a no ser que haya dejado dicho en vida que no lo quería ser. Esto facilita mucho las cosas. Muchas veces las asociaciones de pacientes facilitan un carnet de donante, pero esto es suficiente con que la familia, los allegados, sepan la voluntad del donante.

Cuando en los hospitales se detecta un fallecimiento, siempre se evalúa la posibilidad de una donación. Se habla con los familiares y si la persona lo ha dejado dicho, esto facilita mucho los trámites. A pesar de ello, desgraciadamente sigue habiendo un 20% de negativas. Yo diría que todo el mundo es potencial donante si quiere. Lo más práctico es comunicarlo a sus familiares y allegados.

Es un ejemplo de éxito de la sanidad pública que demuestra que, cuando se trabaja conjuntamente con el objetivo del beneficio del paciente, los resultados son excelentes. Si esta forma de trabajo se aplicara en muchas otras cosas, tendríamos menos problemas graves como los que tenemos en la actualidad.

Lluís Castells Fusté es doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Barcelona y especialista en Medicina Interna y Hepatología. Actualmente, es jefe de sección de Medicina Interna -Trasplante Hepático en el Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona y profesor asociado de Medicina en la Universidad Autónoma de Barcelona, además de presidente de Mutual Médica. Su carrera está marcada por su participación en múltiples ensayos clínicos y la publicación de numerosos artículos en revistas indexadas nacionales e internacionales, además de su participación en diversas jornadas de formación, conferencias, cursos y seminarios, tanto en el ámbito nacional como internacional.

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